Resumen
Gastón Bachelard en su ya icónico libro La poética del espacio, manifiesta
que no es causal la relación entre la creación de una imagen poética nueva
y un arquetipo dormido en el inconsciente. Nos describe la casa como lugar
cósmico con sus dos puntos cardinales: el tejado “donde todos los pensamientos
son claros” y el sótano como “locura enterrada, drama emparedado”. Reconoce en
el “resplandor de la imagen”, la morada de un pasado lejano. A esa morada lejana,
a ese cosmos de la infancia, a ese lugar que resplandece como un sol en los jardines
claros u oscuros de nuestra memoria, habitada por hojas, pájaros, humo, voces,
colores del amanecer, recuerdos amables y queridos de sus habitantes o espacio
también de momentos aullantes, es al que retorna cada uno de estos ejercicios de
poesía —cada cual a su manera—, a partir de la casa como primera morada. Fue
esa la apuesta que hicimos en el curso Crítica del texto poético de la
Maestría en Pedagogía de la Literatura del IDEAD, en los CAT de
Cali y Chaparral. De ese tránsito por el taller como exploración
de imágenes a cargo de los estudiantes, fue que surgieron estos
ejercicios de la imaginación y de retorno al espacio íntimo de
los afectos por parte de sus autores. Aquí una sencilla muestra de
sensibilización poética.