El río de la violencia y la memoria: Una lectura hermenéutica de Río muerto de Ricardo Silva Romero
DOI:
https://doi.org/10.59514/2256-2133.4083Resumen
Al leer las páginas de Río Muerto de Ricardo Silva Romero, vino a mi mente una frase que siempre me ha hecho reflexionar: "Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos", dicha por Heráclito de Éfeso, uno de los primeros filósofos presocráticos. Esta metáfora, que simboliza el cambio constante y la transformación inevitable, me llevó a un contraste inesperado con la realidad presentada en Río Muerto. Mientras Heráclito nos invita a ver la vida como un flujo que se renueva continuamente, el río en la novela de Silva Romero parece funcionar de manera opuesta: un flujo donde el agua no cambia, donde las tragedias se repiten y las heridas no cicatrizan. El río en Río Muerto no representa la renovación, sino el estancamiento de un ciclo interminable de violencia que aún resuena profundamente en el tejido conectivo de Colombia. En este sentido, el río no se renueva; sigue siendo el mismo, arrastrando consigo los mismos horrores.