Las locomotoras del desarollo, vagones de mineria vs competitividad
Resumen
Cuando se quiere pertenecer a un grupo de
interés, sea de tipo social, familiar, laboral, debe
cumplirse con un sin número parámetros para
lograr ser aceptado, similar situación se presenta
con las relaciones entre países incluso entre
continentes, pues increíblemente los seres humanos en un mundo globalizado, sin barreras y
libres, son medidos en su contexto por pertenecer
a un país desarrollado o no, pero más allá de esos
sentimientos encontrados que puede generar
el ser del primer, tercer o “cuarto mundo”, debe
analizarse si en realidad ese “desarrollo “ está
en pro del bien común o si por el contrario solo
se está respondiendo a unos estándares, que lo
único que hacen es beneficiar a unos pocos y
en mayor proporción limitar el avance del resto
de la población.
En este sentido, Colombia desde hace ya varios
años ha venido dando pasos agigantados por
estar en el nivel más alto del desarrollo y crecimiento económico latinoamericano, de esta
manera poder responder a las condiciones del
entorno, y para ello ha jugado un rol al mejor estilo
de Hollywood, pues ha establecido una alfombra
roja para que extranjeros ingresen sin mayores
recatos a decidir e influir directamente sobre el
rumbo del país, un poco similar a lo relatado en
el cuento Mister Taylor, de Augusto Monterroso,
pues además se cree erróneamente que con ello
se solucionaran los problemas económicos y
sociales, que.... por qué no reconocerlo nos han
hecho creer que nos han quedado grandes.